Estados Unidos ha sido un país que nos ha recibido en múltiples ocasiones, demostrando una cultura profundamente enraizada en la ayuda a los demás. Allí hemos encontrado personas dispuestas a desprenderse de su tiempo, recursos e incluso de sus profesiones, poniéndolas al servicio de quienes más lo necesitan. Nuestras visitas nunca fueron planificadas con intenciones específicas, sino que surgieron como invitaciones para compartir nuestra historia y el trabajo que realizamos.
En este país, hemos trabajado principalmente en motivar y capacitar a personas para que se conviertan en voluntarios en los países donde estamos activos. Además, hemos promovido el envío de ayuda, ya sea en el área de medicina, construcción, apadrinamiento de niños para garantizar su acceso a la educación o para mejorar sus condiciones de vida, así como la adopción de proyectos específicos.
Algunos ejemplos destacados de este invaluable apoyo incluyen:
- Una iglesia en California, liderada por Ron Kenoly, que no solo nos escuchó, sino que decidió involucrarse activamente. Enviaron grupos de voluntarios para trabajar en proyectos en México, El Salvador y República Dominicana.
- En Indianápolis, un grupo de ciudadanos recolectó y envió 10 furgones llenos de ayuda durante los terremotos del 2001, brindando un apoyo invaluable en ese momento crítico.
- En Albuquerque, Nuevo México, enviaron dos grupos de voluntarios a la selva amazónica ecuatoriana, quienes ayudaron en proyectos de construcción y educación, dejando una huella positiva en esas comunidades remotas.
- En Pittsburgh, una comunidad adoptó por completo el programa de Hope House, asegurando la continuidad de este proyecto y apoyando a los beneficiarios de manera sostenible.
- Tom, un amigo de West Virginia, decidió apadrinar a Jonathan, ayudándolo en su aprendizaje del idioma inglés, un apoyo que cambió la vida de este joven.
- Elvira Bannon donaba cada mes para los vegetales de las comidas que dábamos cada día en 6 tribus y comunidades, contribuyendo de manera significativa al bienestar de las personas que ayudamos.
Todo lo que hemos logrado no habría sido posible sin el trabajo conjunto con las personas maravillosas que hemos encontrado a lo largo del camino. Estados Unidos nos ha permitido conocer amigos dispuestos a ayudar a los demás, personas que comparten nuestra visión de cambiar el mundo, poniendo su granito de arena para alcanzar nuevos objetivos y transformar vidas.
