En Brasil, trabajamos en la selva amazónica, realizando proyectos de capacitación de voluntarios, salud y educación. Uno de los aspectos que más nos sorprendió fue la forma en que las tribus se comunican entre sí. Encontramos un dispositivo hecho de madera con forma de piano y marimba que utilizaban para enviar mensajes a las tribus cercanas. Esta es solo una de las muchas maravillas que descubrimos sobre la forma de vida de estas comunidades.
Sin embargo, lo más importante no fue solo lo que fuimos a enseñar, sino lo que aprendimos. En estos lugares no solo vamos a ayudar, sino que también convivimos estrechamente con las comunidades, lo que nos deja una enseñanza invaluable. La interacción con las personas de estas regiones nos ha permitido aprender tanto de su medicina natural como de sus costumbres culturales. Cada momento de convivencia nos ha mostrado su particular forma de relacionarse, su profunda conexión con la naturaleza y cómo sobreviven en armonía con ella.
Uno de los aprendizajes más impactantes ha sido su habilidad para navegar sobre los ríos amazónicos, utilizando métodos ancestrales que han perdurado a lo largo del tiempo. Esta forma de vida, tan distinta a la nuestra, nos ha inspirado a valorar y respetar aún más la diversidad cultural de estas regiones.
El trabajo que realizamos en la selva amazónica, tanto en Colombia, Brasil y Perú, fue simultáneo, ya que en esa vasta región no existen fronteras físicas ni conceptuales. La selva une a las comunidades más allá de las fronteras nacionales, y nuestro trabajo se enfocó en un mismo objetivo: apoyar a estas comunidades, aprender de ellas y construir un puente de cooperación que permita el crecimiento y desarrollo conjunto, sin importar las divisiones políticas. Este enfoque nos ha permitido tener una experiencia enriquecedora tanto para los voluntarios como para las comunidades a las que servimos.
Brasil, en particular, nos forzó a aprender y hablar portugués, lo que nos ha permitido hablar tres idiomas con fluidez, además de conocer muchos dialectos de las diferentes tribus y comunidades en las que hemos trabajado a lo largo de estos años. Esta habilidad nos ha abierto puertas y ha hecho posible una comunicación más profunda y cercana con las personas que habitan en estas regiones. A través de esta conexión, hemos logrado no solo ofrecer apoyo, sino también entender mejor sus necesidades y contribuir al fortalecimiento de su cultura y tradiciones.
