A lo largo de los años, hemos trabajado en Honduras capacitando jóvenes y brindando apoyo en diversas comunidades. Uno de los momentos más críticos fue en 1998, cuando el huracán Mitch azotó el país con lluvias torrenciales y vientos de más de 290 km/h, causando inundaciones masivas y deslizamientos de tierra. Este desastre natural dejó más de 11,000 muertos en Centroamérica, con Honduras siendo uno de los países más afectados, perdiendo el 70% de su infraestructura vial y agrícola.
Nos sumamos a los esfuerzos de limpieza y reconstrucción, ayudando en la construcción de viviendas para las familias damnificadas. Además, hemos trabajado en distintas ciudades del país, colaborando en proyectos educativos y comunitarios. Uno de los proyectos más significativos fue nuestra participación en el establecimiento de un colegio bilingüe, brindando a los niños y jóvenes la oportunidad de acceder a una educación de calidad y mejores oportunidades para su futuro.
Cada experiencia en Honduras ha reafirmado nuestro compromiso de servir y apoyar a quienes más lo necesitan, construyendo esperanza y nuevas oportunidades.