En México, iniciamos nuestra labor visitando este hermoso país con el objetivo de motivar a personas a unirse como voluntarios para trabajar en la selva amazónica (Brasil, Colombia y Perú). Sin embargo, al pasar los años, fuimos invitados a participar en proyectos dentro de México, comenzando por el rescate de niños centroamericanos que quedaban atrapados en su travesía hacia la frontera norte en busca de familiares en el exterior. Estos niños, muchos de ellos abandonados, eran víctimas de trata de personas, drogadicción y otros peligros durante su recorrido.
En México, trabajamos para establecer perfiles y reglamentos para casas hogar (orfanatos), brindando un espacio seguro a estos niños, muchos de los cuales se encontraban en condiciones extremadamente vulnerables. A lo largo de los años, vimos crecer estos proyectos y, en poco tiempo, nos convertimos en padres de más de 140 niños que nos llamaban «papi» y «mami». Un proyecto que comenzó con mucha incertidumbre y amor, pero que rápidamente se transformó en una verdadera familia, un hogar para estos pequeños.
En cada uno de los países que hemos visitado, hemos fundado o ayudado a distintas organizaciones, ya sean públicas, privadas, iglesias o proyectos locales. No importa la denominación, porque creemos firmemente que la ayuda debe ser para todos, sin distinción alguna. Además, comprendemos que, aunque estemos trabajando en diferentes lugares del mundo, compartimos un mismo objetivo: dar una mano amiga a aquellos que más lo necesitan. En cada país, hacemos amigos y construimos relaciones fuertes que permiten que la ayuda y el apoyo continúen más allá de nuestro paso por esas tierras.
Otro proyecto significativo que realizamos en México, en diferentes años, fue el apoyo a inmigrantes que viajaban en busca del famoso «tren grande» (La Bestia). Este tren, utilizado por miles de migrantes que cruzan México, se ha convertido en un símbolo del sufrimiento y la desesperación de aquellos que lo abordan en busca de un futuro mejor. Estuvimos presentes en Tapachula, Tierra Blanca, Tampico, Veracruz, y otras localidades, donde proporcionamos alimento, abrigo, asesoría y consejería a los inmigrantes que sufren en el camino. Ayudamos a mitigar sus necesidades más urgentes y les ofrecimos una pequeña esperanza en medio de su difícil travesía.